sábado, 19 de noviembre de 2011

"LA GRAN MARCHA"


Son las doce de la mañana y trescientas mil personas se concentran en la Puerta de Sol en Madrid donde comienza una concentración a favor de la paz. Estamos muy emocionadas porque es la primera vez que asistimos a un evento como este, queremos tener voz y voto, queremos hacernos oír, que nos escuchen, queremos luchar por nuestros intereses, y éste es uno de ellos. Podemos ver en el rostro de cada persona la lucha por un “no” a la guerra y un SÍ en letras mayúsculas.
Lo primero en lo que nos fijamos es en las innumerables pancartas coreadas con voces incesantes y ensordecedoras. Las tres nos miramos y comentamos que impresionante e impactante es, y cuánta gente tan diversa ha acudido.
Comenzamos a andar por las calles principales de Madrid, los periodistas se intentan hacer un hueco entre la multitud de personas, son éstos los que reflejan una sensación diferente, tan sólo son meros trasmisores de información, sin hacerse partícipes de la causa, su única preocupación captar la mejor foto para publicar.
Intentando encontrar un hueco donde sentirnos cómodas, nos llama la atención un niño subido a los hombros de su progenitor. Su padre está chillando con una fuerza desgarradora mientras sostiene a su hijo de ocho años, pero esta no es nuestra sorpresa. Al alzar nuestra vista encontramos al pequeño con las manos en alto, sin ninguna distracción externa, tan solo gritar con fuerza lo que todos pedimos: ¡PAZ!
Seguimos nuestra marcha y con ella entramos en la Plaza de España, aquí esperan altos cargos políticos para dar un meeting sobre el tema. Exhaustas, pensamos en hacer una pausa en nuestra marcha, para recobrar energías y reflexionar sobre nuestra visión acerca de este tema tan antiguo, y a la vez tan actual. Es entonces cuando definimos de una forma sencilla y a la vez rotunda, que la paz es un sinfín de posibilidades; es abundancia, beatitud, bienestar, comodidad, confort, dicha, convivencia, felicidad, fortuna, placer, riqueza, satisfacción, hermandad, avenencia, amistad, armonía, prosperidad, serenidad…
Y como dijo San Agustín; “La paz es un bien que no se puede desear otro mejor, ni poseer uno más útil.”

WAYS OF LIVE



- ¡Doctor, mi hijo está más rellenito que los de su clase y dice que se meten con él! ¿Qué hago para que adelgace?
Esta pregunta hoy en día es muy habitual en las consultas de pediatría de todo el mundo. Lo primero de todo, el médico le pregunta a la madre qué come habitualmente el niño y si realiza algún tipo de deporte.
La madre contesta: ¡Lo habitual, Doctor! Al mediodía come en el comedor del colegio, pero una vez que llega a casa tengo siempre una batalla con él para ver lo que cena. Como estoy harta de discutir con él, al final le dejo que coma pizza, hamburguesa, patatas fritas con un huevo…
El doctor ya sabe cuál es el problema, que un niño que está creciendo y desarrollándose, no puede comer habitualmente esta comida tan saturada en grasa.
Los porcentajes de niños con obesidad en el mundo en 2005 fue escalofriante, más de 20 millones de niños menores de 5 años tenían sobrepeso. Y por no hablar de los adultos que en 2015 sufrirán esta enfermedad. Se calcula que habrá 2300 millones de personas con sobrepeso.
Esta situación describe un estilo de vida que hoy en día es muy habitual en cualquier ciudad del mundo.
Los médicos cada día hacen más campaña contra este tipo de comida, ya que perjudica nuestra salud, pero como dicen que es muy difícil acabar con la gastronomía tan típica de este país, una alternativa muy positiva es que entre semana la gente coma de forma saludable, es decir, verduras, frutas, pescado y que lo complemente con algo de ejercicio. Así, aunque los fines de semana cometamos algún exceso se puede compensar si entre semana nos cuidamos.
Tan perjudiciales resultan para nuestra salud estos hábitos que ya no sólo los facultativos hacen campaña, la industria cinematográfica también se ha involucrado en esta batalla, y un director de documentales llamado Morgan Spurlock, grabó el largometraje Super Size Me, donde se dedicaba a alimentarse únicamente de este tipo de comida durante un mes para demostrar al mundo lo que estábamos metiéndonos en el cuerpo. Esto demuestra que si una sociedad tan superficial como la meca del cine se fija en sus efectos e intenta mostrarlos al mundo es porque es un problema muy extendido y preocupante.
Algo que contradice estas costumbres es la obsesión por la imagen que nos invade. Todo el mundo desea estar estupendo para lucir sus mejores galas en verano y en las playas, lo que lleva a que después de los atracones navideños y con miras puestas en el verano, los gimnasios se llenen y las “dietas milagrosas” surjan como soluciones inmediatas.
Si se llevase una vida más o menos equilibrada durante todo el año no serían necesarios estos sprints finales, ya que con una alimentación compensada y algo de actividad física, aún cometiendo algún capricho de vez en cuando, nuestro cuerpo y nuestra mente estarían en perfecto estado.

domingo, 6 de noviembre de 2011

LA FAMILIA ACTUAL


Mi familia es del tipo que más se repite en la sociedad actual, la formada por cuatro miembros; los progenitores y dos hijos, la parejita como se suele decir, yo soy la pequeña de ese clan. Me encanta tener un hermano, pero siempre he echado en falta tener una hermana, una cómplice con la que compartir confidencias, intercambiar ropa, guiarme… La suerte que tengo es que mi madre no se limita sólo a desempeñar su papel, sino que tenemos una gran confianza y complicidad, por lo que aun sin hermana mayor, tengo esa figura cercana.
Envidio un poco a las personas que tienen una familia numerosa, porque cuando son pequeños tienen infinidad de posibilidades para jugar y divertirse, y a medida que van creciendo, se les obliga a ir tomando responsabilidades y autonomía, ya que con tantos hijos, los padres no pueden permitirse el lujo de ser tan sobreprotectores con todos sus descendientes, y delegan en los hermanos mayores algo del cuidado de los pequeños, cosa que fomenta también la generosidad.
Algunas personas delimitan su familia a sus padres y hermanos, en mi caso no es así, casi tan importantes en mi vida son mis padres como mis abuelos, tíos y primos, ya que estamos todos muy unidos y acostumbramos a reunirnos al menos una vez a la semana alrededor de una mesa para compartir las anécdotas que nos ocurren.
Según fuentes en Internet las familias se pueden clasificar en: familia nuclear, extensa, monoparental, homoparental y ensamblada. Últimamente están en pleno auge las familias monoparentales, ya que hoy en día son cada vez más numerosas las separaciones y los niños viven diariamente con uno de los progenitores.
También un aspecto a destacar es que actualmente hay un porcentaje elevado de familias desestructuradas en las que quienes más lo sufren son los hijos. Esto da lugar a núcleos familiares de la más extensa índole, desde niños con cuatro figuras paternas por las nuevas parejas hechas por sus progenitores, a hermanastros o hermanos de pega, que no comparten sangre pero sí vida. La generalización de las adopciones provoca ver clanes de todos los colores y razas. Todas estas variedades puede provocar en los menores algún problema no tanto por no normalizarlo en su propia dinastía, sino porque aun la sociedad no termina de normalizar estas situaciones, y los niños pueden ser muy crueles ante algo que no entienden y esta situación puede derivar en el bulling escolar del que tanto se habla.
En cualquier caso, la institución de la familia tiene que ser un entorno de acogida, de refugio, de educación en valores y sobre todo de amor, por lo que sea como sea el tipo y los integrantes que la formen, si cada uno de los miembros es feliz y se siente querido, debería de dar igual lo correcto o lo normal, ya que esa es una visión muy subjetiva que se centra en opiniones personales y estereotipos que en la sociedad en constante cambio en la que vivimos ya casi carecen de sentido.

martes, 25 de octubre de 2011

LAS DIFERENTES CARAS DE LA JUVENTUD

Hola, me llamo José. Soy un chico de clase media que dejó de estudiar a los dieciséis años y que aún no me he puesto a trabajar, ya que mis padres me sustentan económicamente, así que no veo la necesidad de integrarme en el mundo laboral todavía.

Yo soy Fermín y soy estudiante de un grado superior de mecanizado en Donapea. Me gusta salir los fines de semana con los amigos y jugar con la play en la bajera. Estoy deseando empezar las prácticas y ponerme a trabajar porque realmente esta profesión me gusta mucho.

Mi nombre es Clara y estoy cursando segundo de Biología en la Universidad de Navarra. Durante los exámenes estoy casi todo el día estudiando, pero cuando tengo un rato libre me gusta pasarlo con las amigas y viajando por el mundo. Hace poco me saqué el carnet de conducir e intento convencer a mis padres para que me compren un coche.

Soy un parado más en España que no acabó la ESO porque no era muy buen estudiante, y como en casa hacía falta el dinero, me puse a trabajar durante unos años en la construcción. Mis amigos de toda la vida me llaman Rodri, por mi apellido Rodríguez, ya que éramos cuatro Javier en clase.

Estos son algunos de los perfiles que nos podemos encontrar en la juventud de hoy en día, aunque unos predominan más que otros. Actualmente se nos tacha de “Vividores y juerguistas”, pero la realidad es que los jóvenes no sólo somos esto, sino que una gran mayoría somos estudiantes que intentan labrarse un futuro y que estudian duro para conseguirlo.

También se comenta que muchos de nosotros no nos queremos ir de casa porque vivimos muy bien, y esto es cierto, pero también hay otra causa de peso que nos impide hacerlo. En los tiempos que vivimos la sociedad exigen a los jóvenes sobradamente preparados que posean más de una titulación y que dominen varios idiomas, pero esto se consigue con años de estudio y prácticas, así que yo me pregunto: ¿Cómo ser independientes si no nos dan oportunidades para trabajar?

A mí me parece que hoy en día se nos critica mucho a los jóvenes dando razones como que sólo nos gusta la fiesta y los botellones, pero creo que también tenemos muchos aspectos positivos como puede ser que somos unas personas muy cualificadas en el ámbito estudiantil, que cada día más jóvenes son bilingües o por lo menos se defienden con el inglés y otro idioma complementario, e incluso se implican más en voluntariados que son compatibles con sus estudios.

Además esta generación ha nacido en las nuevas comunicaciones y maneja todo tipo de instrumentos digitales a la perfección, por lo que no hace falta que realicen ningún curso ni formaciones adicionales.

El mayor problema de los jóvenes es la falta de oportunidades y las grandes aspiraciones, pocas veces se tiene en cuenta un currículo sin experiencia y los aspirantes rechazan el empezar desde abajo después de años de preparación. Y esto sin pensar en la crisis que actualmente azota a la economía y que dificulta aún más esta opción.

Así que, sí, puede ser que los jóvenes de hoy en día hayan tenido las cosas más fáciles que los de generaciones anteriores, que han tenido que pelear mucho más para poder abrir puertas y dejarlas así para las nuevas generaciones, pero la situación que nos está tocando vivir no es la idónea para poder triunfar y labrarnos un futuro mejor.

jueves, 29 de septiembre de 2011

MI VIDA

Yo dormía plácidamente en el lugar oscuro y húmedo en el que llevaba viviendo 9 meses pero el día 3 de marzo de 1990 noté como un temblor que me empujaba de mi habitáculo. Una fuerza sobrehumana me impulsaba por un camino oscuro y estrecho hasta que comencé a ver algo de luz, y tras sentirme algo atrapada entre dos mundos me vi rodeada de gente que me miraba hasta que uno de ellos me golpeó, claro mi reacción instantánea fue echarme a llorar desconsoladamente, pero unos brazos me rodearon y volví a escuchar el latido que tanto me reconfortó durante ese tiempo, en ese momento vi por primera vez la cara de mi madre. Y ese fue el primer instante de mi vida.

Tras 2 años dedicados a ir acumulando conocimientos como gatear, andar y pronunciar mis primeras palabras llegó el momento de ir al colegio para que me instruyesen para la vida. Mis padres, al igual que años antes hicieran con mi hermano, escogieron para mi educación el colegio San Ignacio de Loyola, o Jesuitas como se conoce comúnmente, y esas fueron las cuatro paredes que me vieron crecer tanto física como académicamente durante 15 años. A la vez que mi sabiduría iba creciendo me cultivaba también en el ámbito físico, compitiendo en balonmano hasta los 17 años. También adquirí conocimientos de música tocando el piano en el conservatorio Joaquín Maya durante 11 años. Además me fui convirtiendo en una persona plurilingüe estudiando la lengua inglesa así como la de nuestros vecinos franceses.

Para cuando quise darme cuenta llegó el momento de abandonar el nido y pasar a la universidad, lo que me obligó a pensar en mi futuro. Sin tener nada claro cuál era el trabajo de mi vida, me presenté a selectividad con la idea de que quería pasar mi vida ante una cámara y por eso mi decisión fue escoger la carrera de Comunicación Audiovisual en la Universidad de Navarra. Conforme iba avanzando el curso, sentía que aunque los conocimientos me gustaban me daba cuenta de que mi vocación frustrada era estar delante de gente pero no comunicando sino enseñando, así que tras muchas dudas decidí irme por mi verdadero camino y cambiar mis estudios por los de Magisterio de Educación Infantil y Pedagogía, ya que eran los niños a los que quiero dedicar mi vida.

Pamplona es mi hogar, pero parte de mi vida, sobre todo los periodos vacacionales, los he pasado en Castro Urdiales, al que siento como mi segunda casa. Esta localidad costera está ubicada en Cantabria y en los últimos años ha experimentado una gran ampliación, debido a que se ha convertido en la válvula de escape de muchos vizcaínos. Además de los veranos, también me escapo allí algunos fines de semana cuándo necesito cambiar la rutina de la ciudad ya que el mar me relaja.

Y así hemos llegado hasta el día de hoy, la verdad es que en mi vida no hay grandes acontecimientos pero así la he escogido y así es como me gusta vivirla.